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Los mitos con los que se encuentran las personas cuando hablamos de la donación de órganos:

  Son muchas las personas que están dispuestas a ser donantes o que se interesan por el tema, pero sin embargo, a la hora de darle el sí a este acto solidario, se llenan de dudas y se quedan estancadas o se retractan. Existen muchos mitos que asustan a las personas que quieren ser donantes cuando en realidad nada de eso es verdad.

  El más temido por la sociedad, es ése que dice que al ser donante, los médicos no intentarán salvarte en caso de que algo te ocurra. Cuando uno está hospitalizado, por la razón que sea, la única prioridad de los médicos es salvar la vida de esa persona. Si después de todo el esfuerzo posible, los métodos no funcionaron y fallece, entra en vigencia la posibilidad de donación.

  Otro mito se relaciona con la persona a la que se le trasplantarán esos órganos. No: ni la raza, ni la fama, ni los ingresos de una persona lo llevarán a ser prioridad en la lista de los posibles beneficiarios. Los únicos factores que influyen son los de la compatibilidad sanguínea, el tiempo de espera, algunos datos médicos importantes, la ubicación geográfica y, principalmente, la gravedad de su estado. 

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En cuanto al cuerpo de la persona, los médicos durante el proceso de trasplante son sumamente cuidadosos y realizan todas las operaciones necesarias con suma delicadeza, respeto y dignidad. El cuerpo de la persona fallecida no sufre ningún cambio brusco.

  Asimismo, nadie es demasiado grande para donar órganos ni está lo suficientemente enfermo como para hacerlo. Todas las personas pueden donar, independientemente de su edad y condición médica. Son los doctores quienes determinarán cuáles son los órganos aptos para ser trasplantados una vez que la persona pierda su vida. 

   Así como estos, constantemente surgen mitos que se plantan en la cabeza de miles de personas y evitan que tomen finalmente la decisión de mejorar la calidad de vida de alguien más o inclusive salvarlo. 

  Donar órganos es un acto de amor inmenso hacia el prójimo. Es una decisión que se toma en vida, y que entra en vigencia justo después del fallecimiento de la persona que decide darle una parte suya, que ya no necesita, a alguien que busca exactamente lo mismo, desesperadamente.  

Poder Lucille

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